Performer, activista, pintor, Ocaña fue una figura clave de una de las etapas más creativas de Barcelona que, en el paso de los años setenta a los ochenta, hervía de movimientos alternativos: cultura libertaria, liberación sexual, literatura y teatro experimental, rock progresivo…
Nacido en un pequeño pueblo de Andalucía, de familia modesta, Ocaña se instaló en Barcelona, trabajó como pintor de brocha gorda para ganarse la vida, y muy pronto fue un referente de la Rambla y de la plaza Real, que se convirtieron en el centro de una nueva contracultura urbana.
Provocador, descarado, divertido, las apariciones de Ocaña rompían todos los esquemas: eran una reivindicación orgullosa de la individualidad, la libertad y la identidad sexual.
El Ocaña ha escrito su nombre con luces y flores en la plaza Real.
“Me preguntan si soy un travestí. No soy un travestí,
soy un teatro y mi escenario es la Rambla…”
José Pérez Ocaña (1947-1983)